El ARN no codificante, una parte del genoma que no produce proteínas, ha demostrado tener un rol esencial en la función celular, según un estudio reciente publicado en la revista Cell y liderado por la Universidad de Nueva York. Aunque durante años se consideró “basura genética”, el ARN no codificante parece jugar un papel clave en procesos celulares, desde la proliferación hasta la muerte celular, y podría influir en el desarrollo de enfermedades como el cáncer.
El equipo de investigación empleó la tecnología de edición genética CRISPR—específicamente, la enzima Cas13—para estudiar el ARN no codificante y comprender mejor sus funciones sin alterar los genes codificantes cercanos. En su análisis, los científicos examinaron unas 6,200 parejas de genes de ARN no codificante y de proteínas cercanas en cinco tipos de células humanas, entre las que se encontraban células de riñón, leucemia y cáncer de mama.
Al interferir en los ARN no codificantes de cada célula, observaron si esta moría, dejaba de proliferar o resistía la intervención, lo que les permitió identificar los ARN no codificantes esenciales. De los miles de ARN no codificantes estudiados, 778 se identificaron como esenciales para la función celular, incluyendo un núcleo de 46 lncARN universales y 732 con funciones específicas según el tipo celular.
Los resultados indican que los lncARN esenciales juegan un rol en la modulación de vías críticas de proliferación celular, y que su ausencia podría afectar el desarrollo y la salud celular. Este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre el papel del ARN no codificante en enfermedades y podría ser clave en el desarrollo de tratamientos contra el cáncer.