Si últimamente has estado más despistado de lo habitual, ya sea olvidando dónde dejaste las llaves o si apagaste la estufa, no te preocupes. Consumir vitamina K podría ser la clave para mejorar tu memoria y retrasar el deterioro cognitivo.
A medida que envejecemos, es común que olvidemos pequeños detalles del día a día, lo que indica que nuestro cerebro podría estar necesitando más nutrientes. En especial, la vitamina K, en su forma K2 (menaquinona-7 o MK-7), podría jugar un papel crucial en la prevención de la pérdida de memoria.
Beneficios de la vitamina K para el cerebro
Un estudio publicado en la revista Antioxidants revela que la vitamina K no solo mejora el rendimiento cognitivo, sino que también ayuda a reducir síntomas de depresión y ansiedad, problemas frecuentemente relacionados con el envejecimiento cerebral. Actúa como un antioxidante, reduciendo el estrés oxidativo que daña las células del cerebro con el paso del tiempo. Además, ayuda a regular las proteínas que protegen los vasos sanguíneos cerebrales, brindando una mayor defensa contra enfermedades neurodegenerativas.
¿Dónde encontrar la vitamina K?
Puedes incorporar esta vitamina en tu dieta diaria a través de alimentos naturales. La vitamina K1 se encuentra en vegetales de hojas verdes como las espinacas, kale, acelga y brócoli. Por otro lado, la vitamina K2 está presente en alimentos de origen animal como la pechuga de pollo, carne de res, huevos y productos lácteos fermentados como el queso Gouda y Edam.