En respuesta a las advertencias de distintos sectores sociales que han manifestado preocupación por los altos niveles de violencia en Chiapas, la presidenta Claudia Sheinbaum negó que la entidad se encuentre al borde de una guerra civil. No obstante, reconoció que la percepción de inseguridad ha aumentado en ciudades clave como Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, donde los ciudadanos han reportado un incremento en los índices de violencia.
Durante su intervención, Sheinbaum enfatizó que si bien existen problemas de seguridad en la región, el gobierno federal está trabajando para resolverlos y prevenir una escalada del conflicto. Señaló que se están implementando diversas estrategias para restablecer el orden en los municipios más afectados por la violencia.
Asimismo, la presidenta informó que las investigaciones relacionadas con el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, ocurrido recientemente en Chiapas, han sido atraídas por la Fiscalía General de la República (FGR). Este caso ha causado gran conmoción entre la población local, debido al papel del sacerdote como defensor de los derechos humanos y su trabajo con comunidades indígenas en la región.
El gobierno federal se ha comprometido a brindar todo el apoyo necesario para esclarecer el asesinato y llevar a los responsables ante la justicia. Sheinbaum aseguró que la administración está tomando medidas para garantizar que las investigaciones sean exhaustivas y que se haga justicia, al mismo tiempo que reiteró su compromiso con la paz y la seguridad en Chiapas.
A pesar de las preocupaciones de algunos sectores, Sheinbaum hizo un llamado a la calma, subrayando que el gobierno no permitirá que la violencia continúe en aumento y que se están tomando acciones concretas para evitar un deterioro mayor de la seguridad en el estado.