Comer frutas y verduras es benéfico para la salud, incluso algunos consideran que hacerlo con todo y cáscara es más beneficioso, pero a veces la piel de estos alimentos viene acompañada de una calcomanía que, en un descuido, también puede ser ingerida.
A raíz de los cambios en el etiquetado de los alimentos en México, los consumidores han volteado a ver esas estampas pegadas en los productos que ingerimos día a día. Sin embargo, las etiquetas no sólo decoran los alimentos, sino que aportan información relevante sobre ellos.
¿Para qué sirven las etiquetas de las frutas?
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) explica que las etiquetas en las frutas y las verduras poseen un código asignado por la Federación Internacional para los Estándares de Productos (IFPS). A esta serie de números se le denomina código PLU (Price Look Up) y proporciona información específica sobre las frutas o verduras que compras; por ejemplo, su tipo de cultivo, variedad, color, peso, tamaño y región de origen. De este modo, la etiqueta es esencial para que sepas la procedencia de tus alimentos.
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Con base en estos parámetros internacionales, hay tres tipos de códigos que aparecen con frecuencia en las etiquetas: si el código de la fruta es de cuatro dígitos, fue cultivada de manera tradicional y con uso de pesticidas. Asimismo, si la fruta tiene un código de cinco dígitos que empieza con el número 9, es un producto orgánico cultivado sin pesticidas ni fertilizantes. Por el contrario, si el código es de cinco dígitos y comienza con el número 8, esa fruta está modificada genéticamente.
¿Las etiquetas de las frutas son comestibles?
Aunque los rumores en Internet aseguran que las etiquetas de las frutas son completamente comestibles, la página especializada en fact-checking Snopes señala que esta idea se popularizó únicamente por un artículo de la televisora estadounidense HLN. El texto afirmaba que estas estampas están hechas de papel y pegamento comestible, pero aun así sugería quitarlas antes de la ingesta de las frutas o las verduras.
Por su parte, el Título 21 del Código de Regulaciones Federales de Estados Unidos determina que las estampas deben elaborarse con materiales seguros para el contacto directo con alimentos, pero no indica que su consumo sea apto o aconsejable para las personas. De acuerdo con la empresa Consolidated Label, cuando la etiqueta toca la parte comestible de la fruta, como en el caso de las manzanas o los duraznos, los materiales de las estampas cumplen con los parámetros de seguridad alimentaria, pero eso no significa que estén destinados para el consumo humano.
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¿Cuáles son los riesgos de comerte una etiqueta?
Si bien es cierto que comerte una etiqueta por equivocación no te hará daño, tampoco es recomendable que lo conviertas en un hábito. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos advierte que estas estampas aumentan el riesgo de asfixia al ingerirlas, especialmente en niños pequeños. Por esta razón es necesario que pongas atención cuando comas una fruta o verdura cruda. Lávala bien y asegúrate de que no tenga etiquetas pegadas antes de llevártela a la boca.
Con información de SUN