Han transcurrido casi cuatro años desde que el coronavirus alteró drásticamente nuestras vidas, imponiendo una nueva realidad marcada por restricciones y precauciones sanitarias. Las vacunas han representado un hito crucial en esta lucha, marcando el inicio de una era de esperanza y recuperación al reducir las tasas de infección, gravedad de la enfermedad y mortalidad. A pesar de estos avances, aún hay desafíos por enfrentar.
Un laboratorio chino ha generado preocupación al crear una cepa mutante del Covid-19, denominada GX_P2V, según un controvertido estudio realizado en Beijing.
TE RECOMENDAMOS: WhatsApp: Estas son las razones por las que te pueden suspender la cuenta
Esta variante, derivada del coronavirus descubierto en pangolines malayos en 2017, ha mostrado una tasa de mortalidad del 100% en ratones genéticamente modificados para simular humanos. El virus afecta gravemente órganos vitales como pulmones, huesos, ojos, tráquea y cerebro, eliminando a los ratones infectados en tan solo ocho días.
Este estudio es el primero en informar una tasa de mortalidad del 100% en ratones por un virus relacionado con el COVID-19, superando los resultados previos. Sin embargo, los efectos en humanos aún no están claros, generando críticas significativas en la comunidad científica.
Expertos como Francois Balloux del University College London y el Dr. Gennadi Glinsky de Stanford han cuestionado duramente el estudio por su potencial riesgo y falta de relevancia científica. Además, se han expresado preocupaciones sobre las medidas de bioseguridad empleadas, comparándolas con las prácticas de investigación en Wuhan antes de la pandemia de Covid-19.
TE RECOMENDAMOS: Agua embotellada puede contener cientos de miles de nanoplásticos
El Dr. Gennadi Glinsky de Stanford sentencia: “Esta locura debe detenerse antes de que sea demasiado tarde”. La noticia ha desencadenado un debate sobre la ética y la seguridad en la investigación de patógenos potencialmente pandémicos.
Con información de La Vanguardia