Los arrecifes de coral son reconocidos por su valor ecológico y económico crucial para la vida marina, pero enfrentan una seria amenaza debido a la degradación causada por actividades humanas, el cambio climático y la contaminación.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, ha surgido una creciente preocupación por el impacto de los protectores solares en los corales y otros organismos marinos. Estos productos ingresan al medio acuático a través del baño en el mar y las aguas residuales.
La OCU señala que algunos filtros ultravioleta presentes en las cremas solares tienen efectos adversos significativos. Por un lado, muchos de estos filtros no son fácilmente biodegradables, lo que resulta en su acumulación en el medio ambiente marino. Además, algunos de ellos son tóxicos para la vida marina. Entre los más comunes destacan:
- Octocrileno: conocido por ser tóxico para la vida acuática y por su lenta biodegradación. También se cuestiona su potencial como disruptor endocrino, es decir, sus posibles efectos sobre el sistema hormonal.
- Homosalato: otro ingrediente señalado por su toxicidad para el medio acuático, afectando a peces, algas y corales, y por su capacidad de bioacumulación. Recientemente ha sido restringido debido a su potencial como disruptor endocrino.
- Butyl Methoxydibenzoylmethane (avobenzona): un filtro solar que también presenta problemas de biodegradabilidad.
Algunos de los filtros solares más controvertidos, como el Octinoxato (ethylhexyl methoxycinnamate) y la oxibenzona (benzofenona-3), han sido prohibidos en Hawái para proteger el medio marino. Aunque su uso ha disminuido, estos ingredientes aún plantean preocupaciones significativas.
Esta situación destaca la necesidad urgente de adoptar medidas para reducir el impacto ambiental de los protectores solares y proteger la biodiversidad marina vulnerable.
