La salud es una de las principales preocupaciones en las ciencias médicas, que constantemente ofrecen recomendaciones para el bienestar humano, como realizar actividad física y mantener una alimentación balanceada.
A través de los alimentos, nuestro cuerpo recibe los nutrientes esenciales para su correcto funcionamiento y mantenimiento de la salud. Sin embargo, la combinación de ciertos alimentos con medicamentos, como los antibióticos, puede tener contraindicaciones graves.
El Hospital Italiano de Argentina destaca que los antibióticos son uno de los descubrimientos terapéuticos más importantes en la historia de la medicina, ya que combaten infecciones bacterianas al matarlas o dificultar su crecimiento, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Un estudio realizado en Estados Unidos ha puesto de manifiesto la importancia de tener cuidado con los alimentos que consumimos mientras tomamos antibióticos. El estudio revela que ciertos productos alimenticios pueden reducir la eficacia de estos medicamentos o causar efectos secundarios.
La Revista Española de Nutrición Comunitaria advierte que los antibióticos más afectados por la interacción con alimentos son las tetraciclinas, quinolonas y antituberculosos. Por ejemplo, los productos lácteos no deben consumirse junto con antibióticos como minociclina, doxiciclina y ciprofloxacina porque pierden su efectividad. Además, el alcohol debe evitarse al tomar cualquier tipo de medicamento.
Por otro lado, vegetales como espinaca, brócoli, acelga y col deben evitarse al tomar el anticoagulante warfarina, ya que reducen su efecto. Carnes ahumadas, vino tinto, quesos curados y bananas maduras no deben consumirse junto con inhibidores de la monoaminoxidasa, ya que pueden aumentar la presión arterial. Asimismo, el jugo de pomelo y los productos con fibra deben evitarse si se está medicado con ansiolíticos, corticoesteroides, levotiroxina o digoxina, ya que pueden reducir la eficacia del tratamiento.
En todos los casos, lo más recomendable es consultar al médico de cabecera para guiar el tratamiento médico en conjunto con la alimentación del paciente.