Los cambios en la alimentación han reflejado distintas épocas a lo largo de la historia. La adaptación al entorno, los nuevos métodos de producción y la búsqueda de mejorar la salud han sido los principales impulsores de estos cambios en las últimas décadas.
Dentro de este contexto, las verduras congeladas han surgido como una opción muy popular para muchas personas. Hoy en día, se eligen principalmente porque facilitan la preparación de comidas en hogares donde el ritmo de vida es cada vez más acelerado. Sin embargo, también han generado algunos mitos sobre su conservación y la preservación de sus nutrientes.
Verduras congeladas y salud
Actualmente, hay muchos debates sobre los beneficios de las verduras frescas en comparación con las congeladas. Sin embargo, numerosos estudios han desmentido el mito de que las verduras congeladas no son adecuadas para nuestra nutrición y salud.
El dietista Michael Laguros sostiene que, desde un punto de vista nutricional, las verduras frescas y las congeladas son comparables. Esta afirmación es apoyada por Carolyn Slupsky, profesora de la Universidad de California (Estados Unidos), quien explica el proceso de congelación de las verduras y cómo se mantienen la mayoría de sus nutrientes.
Slupsky menciona el método del escaldado, que implica pasar las verduras por vapor o sumergirlas en agua hirviendo. Este proceso destruye bacterias y desactiva enzimas, permitiendo que las verduras conserven su contenido nutricional al momento de congelarlas. Así, los expertos aseguran que incluir verduras congeladas en nuestra dieta no perjudica la salud desde una perspectiva nutricional.
Además, las verduras congeladas pueden conservarse hasta 12 meses, siempre que no se sometan a repetidos procesos de descongelación y recongelación. La Universidad de Minnesota recomienda evitar congelar productos en mal estado y Carolyn Slupsky añade que es mejor optar por verduras congeladas sin aditivos adicionales como salsas, sodio o azúcar para garantizar su calidad.
Fuente: El Universal