Un fenómeno sorprendente se observa en el reino animal, donde los antechinus, un género de pequeños marsupiales endémicos de Australia, muestran un comportamiento único en su ciclo de apareamiento.
Estos animales, similares a los ratones en su apariencia, pero con pelo erizado como las musarañas, son conocidos por su patrón de apareamiento extremo, que lleva a los machos a copular frenéticamente hasta su muerte, en lo que se ha denominado popularmente como ‘suicidio reproductivo’.
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La revista científica ‘Australian Mammalogy’ reveló que los antechinus tienen sesiones de apareamiento que pueden extenderse por más de 10 horas, y duran entre 12 y 14 horas. Este comportamiento lleva a un estrés extremo en los machos, lo que desencadena un descontrol en los niveles de cortisol en sus cuerpos y, eventualmente, su fallecimiento.
Lo sorprendente no termina ahí, ya que tras la muerte de los machos, las hembras, que pueden estar gestando o lactando, recurren al cuerpo del macho fallecido como fuente de alimento. Este hallazgo fue realizado por un grupo de investigadores australianos, quienes documentaron casos de canibalismo entre estos marsupiales en el Parque Nacional de Nueva Inglaterra, Nueva Gales del Sur.
El Dr. Andrew Baker, de la Universidad de Tecnología de Queensland, líder del estudio, señala que si bien el canibalismo no es desconocido en esta familia de marsupiales, es bastante inusual observarlo en la naturaleza. Añade que estos eventos se producen principalmente después de los períodos de reproducción, cuando varias especies de antechinus comparten el mismo territorio.
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El descubrimiento de un antechinus alimentándose de otro muerto revela la dura realidad de la vida en la naturaleza, donde la supervivencia a menudo depende de aprovechar los recursos disponibles, incluso si eso significa recurrir a la carne de un compañero caído.