Un estudio reciente ha demostrado que el consumo habitual de carnes rojas puede estar vinculado a problemas cardíacos, proporcionando datos cruciales para mantener una buena salud.
Investigadores de Cleveland Clinic han presentado nuevas evidencias que sugieren que una dieta rica en carne roja incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón. El estudio destaca el papel de las bacterias intestinales en este proceso.
Se encontró que una dieta en la que las carnes rojas son la fuente principal de proteínas aumenta significativamente la producción de TMAO (N-óxido de trimetilamina), en comparación con dietas basadas en carne blanca o fuentes no cárnicas de proteínas.
Este hallazgo proviene de una investigación en la que participaron 113 pacientes, liderada por Stanley Hazen, presidente de Medicina Celular y Molecular y jefe de Cardiología Preventiva y Rehabilitación Cardíaca.
El TMAO es una molécula producida por las bacterias intestinales al digerir colina, lecitina y carnitina, nutrientes abundantes en productos animales como la carne roja y el hígado.
El estudio muestra que el consumo crónico de carne roja eleva la producción de TMAO por los microbios intestinales y disminuye la capacidad de los riñones para eliminarlo, lo cual se asocia con la aterosclerosis, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones cardíacas.
Los participantes del estudio siguieron dietas con fuentes de proteína de carne roja, carne blanca o no cárnica (mayoritariamente vegetariana), representando el 25% de sus calorías diarias, en un orden aleatorio y secuencial.
Después de un mes consumiendo carne roja, la mayoría de los participantes presentó un aumento en los niveles de TMAO en sangre y orina, que se triplicaron y, en algunos casos, aumentaron más de diez veces en comparación con las dietas de carne blanca o no cárnicas.
Sin embargo, una vez que los pacientes dejaron de consumir carne roja, los niveles de TMAO en sangre y orina disminuyeron durante el mes siguiente.