Los perros, compañeros inigualables del ser humano, trascienden el simple papel de animales domésticos para convertirse en verdaderos amigos que dejan una huella profunda en la vida de sus dueños. Esta conexión especial va más allá de compartir espacio, representando un vínculo emocional genuino que va más allá de las palabras.
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A diferencia de los humanos, los perros no juzgan por apariencia, estatus social o errores del pasado; en su lugar, ofrecen amor incondicional y sincero. Considerados miembros de la familia, entender sus necesidades y comportamientos es esencial para cuidarlos adecuadamente en cada etapa de sus vidas.
Según estudios, los perros sueñan y pueden experimentar pesadillas durante el sueño, manifestadas a través de movimientos de orejas, espasmos musculares e incluso pequeños aullidos. La psicóloga Deirdre Barrett de la Universidad de Harvard sugiere que los perros también sueñan con sus amos y experiencias cotidianas.
El médico especialista en cuidado animal, Justo Bezada, afirma que los perros pueden tener pesadillas, relacionadas con eventos negativos en su pasado. Esta idea es respaldada por la veterinaria Ana Martínez, quien señala similitudes en los patrones de sueño entre humanos y animales.
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Respecto a si se debe despertar a los perros durante una pesadilla, la psicóloga Barrett aconseja no hacerlo, ya que interrumpir su sueño puede ser perjudicial. Despertarlos durante una pesadilla podría enseñarles incorrectamente que moverse durante el sueño es inapropiado, lo cual es una conducta normal y natural.
