Salud

Hígado graso no alcohólico: síntomas, riesgos y cómo prevenirlo

Hígado graso no alcohólico: síntomas, riesgos y cómo prevenirlo
Foto: Freepik

El hígado graso no alcohólico (HGNA) se ha convertido en una de las enfermedades hepáticas más frecuentes en el mundo. Se estima que afecta a más del 25 % de la población global, y su prevalencia sigue en aumento debido al estilo de vida moderno caracterizado por el sedentarismo, el sobrepeso y las dietas altas en azúcares y grasas saturadas.

¿Qué es el hígado graso no alcohólico?

El HGNA se produce cuando se acumula grasa en las células del hígado sin que exista un consumo excesivo de alcohol como causa. Aunque al inicio puede no generar síntomas, con el tiempo puede evolucionar hacia problemas más graves como:

  • Esteatohepatitis no alcohólica (EHNA): inflamación del hígado.

  • Fibrosis hepática: cicatrización progresiva del tejido hepático.

  • Cirrosis y cáncer de hígado.

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Factores de riesgo principales

Los especialistas advierten que esta condición está estrechamente vinculada a:

  • Obesidad abdominal.

  • Resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.

  • Hipertensión arterial.

  • Colesterol y triglicéridos altos.

  • Dietas ultraprocesadas y falta de actividad física.

Una enfermedad silenciosa

Uno de los mayores desafíos del HGNA es que no suele presentar síntomas en sus primeras etapas. Muchas personas lo descubren de manera incidental a través de análisis de sangre o estudios de imagen solicitados por otros motivos médicos.

Cuando la enfermedad progresa, pueden aparecer fatiga, malestar abdominal y alteraciones en las pruebas de función hepática, lo que ya indica daño hepático más avanzado.

Estrategias de prevención y control

Actualmente, no existe un medicamento específico aprobado para tratar el hígado graso no alcohólico. Por ello, la prevención y los cambios en el estilo de vida son la clave:

  • Alimentación balanceada, reduciendo azúcares simples, grasas trans y ultraprocesados.

  • Ejercicio regular, al menos 150 minutos semanales de actividad moderada.

  • Pérdida de peso gradual en personas con sobrepeso u obesidad.

  • Control de enfermedades asociadas, como la diabetes y la hipertensión.

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Conclusión

El hígado graso no alcohólico representa una amenaza silenciosa y creciente para la salud pública mundial. Detectarlo a tiempo y adoptar hábitos de vida saludables puede marcar la diferencia entre mantener un hígado sano o desarrollar complicaciones graves que comprometan la calidad y la expectativa de vida.

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