
La diabetes es una enfermedad que afecta a cada vez más personas, incluidas aquellas más jóvenes, y puede ocasionar serios problemas de salud si no se controla adecuadamente. Entre los efectos a largo plazo, se encuentra la retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera. Esta condición afecta los ojos debido a los niveles altos de glucosa en sangre, los cuales dañan los vasos sanguíneos de la retina, la capa encargada de detectar la luz para enviar señales al cerebro.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en 2016 la diabetes fue responsable de 1,6 millones de muertes a nivel mundial y ha sido una causa importante de problemas graves como insuficiencia renal, infartos, accidentes cerebrovasculares, amputaciones y ceguera. La retinopatía diabética es una complicación menos conocida, pero muy grave, ya que puede causar la pérdida total o parcial de la visión.
Síntomas de la retinopatía diabética
Esta enfermedad progresa lentamente y en etapas tempranas no presenta síntomas. Sin embargo, cuando avanza, algunos de los síntomas incluyen:
- Visión borrosa que pasa a ser clara temporalmente.
- Manchas oscuras o blancas, como “moscas flotantes”.
- Mala visión nocturna.
- Colores apagados.
- Pérdida de visión.
Existen dos etapas de la enfermedad:
- Retinopatía diabética no proliferativa (temprana): Se caracteriza por visión borrosa debido a la hinchazón de la retina, causada por fugas de líquido de los vasos sanguíneos. Si afecta la mácula (zona central de la retina), se denomina edema macular.
- Retinopatía diabética proliferativa (avanzada): En esta etapa, se desarrollan nuevos vasos sanguíneos que pueden causar cicatrices, afectando la mácula y, en casos graves, provocando el desprendimiento de la retina. Esta etapa puede resultar en ceguera parcial o total.
Tratamientos disponibles
El tratamiento varía según la etapa de la enfermedad. Los procedimientos más comunes son:
- Inyecciones oculares: Medicamentos que reducen la hinchazón y ralentizan la pérdida de visión.
- Procedimientos láser: Sella vasos sanguíneos dañados para evitar su crecimiento.
- Vitrectomía: Cirugía para extraer el gel vítreo y la sangre en fases avanzadas, permitiendo que la retina vuelva a enfocarse correctamente.
Cuidar la salud visual es crucial para quienes tienen diabetes. Es necesario mantener un control oftalmológico anual, seguir una dieta adecuada y controlar los niveles de azúcar en sangre.
Frecuencia de visitas al oftalmólogo
- Diabetes tipo 1: Primera visita 3 a 5 años tras el diagnóstico y posteriormente cada año.
- Diabetes tipo 2: Visita inmediata tras el diagnóstico y luego una vez al año.
- Mujeres embarazadas con diabetes: Se recomienda una visita antes de la concepción y otra después del parto.
Fuente: Salud180