El cáncer, indiscutiblemente, sigue siendo uno de los mayores desafíos de nuestra era. A pesar de los notables avances tecnológicos, aún carecemos de una cura definitiva, y los tipos más agresivos continúan surgiendo.
En los últimos años, se han realizado investigaciones para determinar si el cáncer tiene un olor característico, y si esta información podría ser útil como herramienta de diagnóstico.
El diagnóstico temprano del cáncer es fundamental para mejorar las tasas de supervivencia. Desafortunadamente, algunos tumores no presentan síntomas evidentes, lo que dificulta su detección en etapas iniciales y reduce las posibilidades de tratamiento efectivo.
Si bien se ha sugerido que el cáncer puede producir compuestos volátiles orgánicos detectables por el olfato, aún no se comprende completamente qué sustancias químicas específicas son responsables de estos olores ni cómo pueden ser detectadas con precisión.
Se ha observado que los perros adiestrados pueden detectar ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón, mama, ovarios y vejiga, con un alto grado de precisión a través del olfato. Este método no invasivo y de bajo riesgo ha demostrado ser altamente efectivo, ya que los perros pueden alertar a las personas sobre la presencia de la enfermedad.
La técnica de entrenamiento basada en el refuerzo positivo es fundamental para enseñar a los perros a realizar estas detecciones de manera ordenada y precisa, aprovechando sus habilidades naturales sin causarles daño físico ni alterar su comportamiento.
