Históricamente, los videojuegos han sido asociados con adicción, estrés, comportamientos antisociales y problemas mentales, basándose en percepciones sociales más que en evidencia científica sólida. Sin embargo, a medida que los videojuegos ganaron prominencia durante la pandemia de COVID-19, la investigación sobre sus efectos ha comenzado a cambiar, mostrando resultados prometedores.
Un estudio reciente publicado en la revista científica ‘Nature Human Behaviour’ revela que jugar a videojuegos puede tener efectos positivos en el bienestar mental, reduciendo la angustia psicológica y aumentando la satisfacción con la vida.
Este estudio, realizado por científicos de la Universidad de Ritsumeikan en Japón y otras instituciones, encuestó a más de 97,600 japoneses de entre 10 y 69 años entre 2020 y 2022. Los participantes incluyeron estudiantes, desempleados y trabajadores. Además, se realizó un sorteo en el que se podían ganar consolas como la Nintendo Switch o la PlayStation 5.
Los resultados mostraron que al convertirse en propietarios de una consola, los usuarios tendían a dedicar más tiempo a jugar, lo que, según los investigadores, aumentaba la satisfacción vital y reducción del estrés psicológico. Aunque se observó una ligera consecuencia negativa en la salud, los beneficios positivos fueron mucho más marcados.
Los autores del estudio indicaron que “poseer una Switch o PS5 y jugar más horas mejoraba el bienestar” de los participantes. Sin embargo, los beneficios positivos disminuyeron para aquellos que jugaban más de tres horas al día, sugiriendo que el abuso del ocio no proporciona beneficios adicionales.
Es importante tener en cuenta que, a pesar de estos efectos positivos, el juego excesivo puede conducir a una falta de sueño y reemplazar otros hábitos saludables, como el ejercicio y el descanso, lo que podría afectar negativamente el bienestar general.