La búsqueda de la eterna juventud ha fascinado a la humanidad durante siglos, y nuevas investigaciones sugieren que el secreto podría estar en la sangre joven. Un equipo de científicos ha encontrado evidencia que indica que partículas en la sangre de jóvenes podrían ofrecer beneficios a los adultos mayores, particularmente en lo que respecta a la regeneración muscular.
El estudio, publicado en la revista Nature Aging, se centra en cómo las vesículas extracelulares (EV), pequeñas partículas presentes en la sangre, pueden influir en el proceso de envejecimiento. Investigadores de la Universidad de Pittsburgh han descubierto que estas vesículas juegan un papel clave en la comunicación entre células, enviando señales para producir una proteína asociada con la longevidad, llamada Klotho, en las células musculares. Sin embargo, con el tiempo, estas vesículas pierden eficacia, lo que resulta en una menor producción de la proteína a medida que se envejece.
El hallazgo clave del estudio es que cuando se transfirió sangre de ratones jóvenes a ratones envejecidos, estos mostraron signos de rejuvenecimiento, incluida una mejor regeneración muscular. No obstante, el efecto desapareció cuando las vesículas extracelulares fueron eliminadas de la sangre.
Implicaciones para los humanos Aunque los resultados son alentadores, su aplicación en humanos aún es incierta. Hasta ahora, los estudios se han limitado a ratones, y los intentos de llevar este enfoque a personas han sido criticados por resultados inconclusos. Según Fabrisia Ambrosio, profesora asociada de medicina física y rehabilitación en la Universidad de Pittsburgh y autora principal del estudio, este trabajo ayuda a comprender mejor la biología de la regeneración muscular y cómo falla con la edad. La esperanza es que, en el futuro, las vesículas extracelulares puedan utilizarse como una terapia para contrarrestar los efectos del envejecimiento.
Además, otros estudios citados por Futurism sugieren que la sangre joven también podría mejorar el rendimiento cognitivo en ratones mayores, lo que indica que estos tratamientos podrían teóricamente ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo relacionado con la edad. A pesar de estos avances, aún falta mucha investigación antes de que se pueda pensar en clínicas de transfusión de sangre joven.
Por ahora, estos descubrimientos ofrecen un vistazo a la posibilidad de que la juventud eterna pueda tener una base científica, aunque queda mucho por explorar.
Fuente: El Imparcial