El coco, una de las frutas más populares a nivel mundial, cuenta con notables propiedades beneficiosas para el cuerpo humano. Se encuentran diversos productos derivados de la pulpa de esta fruta, siendo común su consumo en forma entera, en crema o como agua.
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La extracción natural del agua de coco implica simplemente abrir la cáscara y extraer el líquido interior. Además de su uso como bebida refrescante, el agua de coco presenta propiedades antioxidantes, hipoglucemiantes, hepatoprotectoras e inmunoestimulantes, ofreciendo beneficios como la reducción de glucosa, la protección hepática y el fortalecimiento del sistema inmunológico, según el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Además de estos beneficios, el coco es rico en nutrientes como metionina, L-arginina, selenio, vitamina C, hierro, sodio, potasio, calcio y zinc. Estos elementos, en combinación con una dieta equilibrada, contribuyen a regular el colesterol y el sistema nervioso.
Según la investigación del IPN, aquellas personas que realizan actividad física constante pueden beneficiarse de la ingesta de agua de coco, ya que proporciona energía y fibra, ayudando a recuperar los minerales perdidos por la transpiración.
A pesar de sus numerosos beneficios, se recomienda moderar el consumo de agua de coco, especialmente en individuos con problemas renales, elevados niveles de potasio en la sangre o enfermedades cardiovasculares crónicas debido a su alto contenido de sodio.
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En cuanto a la cantidad recomendada, se sugiere un máximo de tres vasos diarios para personas con excelente salud, mientras que para aquellos con diabetes, los especialistas aconsejan al menos un vaso. Antes de incorporar el agua de coco a la dieta diaria, se aconseja consultar a un médico para aprovechar de manera óptima sus beneficios a corto y largo plazo.