Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Vrije de Amsterdam, en Países Bajos, ha comparado los efectos del ejercicio físico y los antidepresivos en el tratamiento de la depresión y la ansiedad. Los resultados, publicados en el Journal of Affective Disorders, muestran que ambos tratamientos tienen beneficios similares para la salud mental, pero el ejercicio físico también mejora la salud física.
El estudio incluyó a 141 pacientes con depresión y/o ansiedad. Se les ofreció elegir entre un tratamiento de 16 semanas con antidepresivos ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) o un programa de terapia de carrera grupal de 16 semanas.
Al final del estudio, alrededor del 44% de los pacientes en ambos grupos mostró una mejora en la depresión y la ansiedad. Sin embargo, el grupo que corrió también mostró mejoras en el peso, la circunferencia de la cintura, la presión arterial y la función cardíaca, mientras que el grupo que tomó antidepresivos mostró una tendencia hacia un ligero deterioro de estos marcadores metabólicos.
La profesora Brenda Penninx, responsable del estudio, afirma que “ambos tratamientos ayudaron con la depresión aproximadamente en la misma medida. Los antidepresivos generalmente tuvieron un peor impacto sobre el peso corporal, la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, mientras que la terapia de carrera tuvo un mejor efecto sobre el estado físico general y la frecuencia cardíaca, por ejemplo”.
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Penninx también señala que “es importante decir que ambas terapias tienen cabida en la atención de la depresión. Los antidepresivos son generalmente seguros y eficaces, pero necesitamos ampliar nuestro arsenal de tratamiento ya que no todos los pacientes responden a los antidepresivos o están dispuestos a tomarlos. Nuestros resultados sugieren que implementar la terapia con ejercicios es algo que deberíamos tomarnos mucho más en serio, ya que podría ser una buena (y tal vez incluso mejor) opción para algunos de nuestros pacientes“.
El estudio también encontró que la tasa de abandono fue mucho mayor en el grupo que inicialmente eligió el ejercicio. Esto sugiere que es importante proporcionar una supervisión y un estímulo adecuados para ayudar a los pacientes a mantenerse activos.
En conclusión, este estudio sugiere que el ejercicio físico es una opción de tratamiento eficaz para la depresión y la ansiedad, con beneficios adicionales para la salud física.
Fuente: El Debate