El tejuino, una bebida ancestral de la cultura mexicana, se ha convertido en un elemento arraigado en la tradición y el paladar de Guadalajara, Jalisco. No solo es refrescante y económico, sino que su proceso de elaboración aporta beneficios a la salud.
Esta bebida se fermenta de manera similar a la cerveza, pero con bajo contenido de alcohol. El grano de maíz germina con agua, luego se interrumpe la germinación para cocerlo e hidrolizar la mayor cantidad de azúcares, dando lugar a la malta que se fermenta.
Durante este proceso, se generan bacterias benéficas y ácidos orgánicos como el ácido láctico, málico y acético, que contribuyen al bienestar del organismo.
- Prevención de enfermedades gastrointestinales: Esta bebida puede aliviar la diarrea y ayudar a curar la resaca, lo que ha motivado estudios sobre sus propiedades probióticas.
- Eliminación de bacterias dañinas: El tejuino, especialmente cuando se prepara sin sal ni limón, tiene la capacidad de desplazar bacterias patógenas intestinales como Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacteriáceas, incluyendo Klebsiella, E. coli, Serratia y Proteus. Estas bacterias pueden causar infecciones graves y, a menudo, letales, como infecciones de la corriente sanguínea y neumonías. La adición de sal y limón potencia este efecto, además de aportar un sabor refrescante.
- Prevención de enfermedades cardiovasculares: Las bebidas fermentadas, como el tejuino, son una fuente de compuestos con actividad biológica que se han asociado con la prevención de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer, diabetes y osteoporosis.
