Un descubrimiento reciente de científicos de la Universidad de California-San Francisco (UCSF) revela un avance esperanzador en el tratamiento de la esclerosis múltiple, una enfermedad que afecta a aproximadamente 1.8 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
El equipo de investigadores identificó un precursor en la sangre de algunas personas que posteriormente desarrollaron la enfermedad. Este hallazgo, documentado en un artículo publicado en Nature Medicine, revela que en alrededor del 10% de los casos de esclerosis múltiple, el organismo comienza a producir un conjunto específico de anticuerpos contra sus propias proteínas años antes de que aparezcan los síntomas.
Estos autoanticuerpos parecen atacar tanto a las células humanas como a los patógenos comunes, lo que posiblemente desencadena los ataques inmunitarios al cerebro y la médula espinal característicos de esta enfermedad. La esclerosis múltiple puede provocar una pérdida devastadora del control motor, incluida la capacidad para caminar.
Los científicos tienen la esperanza de que estos autoanticuerpos puedan detectarse algún día con un simple análisis de sangre, lo que permitiría un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno para los pacientes.
Michael Wilson, investigador de neurología de la UCSF y uno de los autores del estudio, destaca que un diagnóstico temprano aumentaría las posibilidades de una intervención efectiva, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Además, los científicos creen que las enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple, pueden ser el resultado de reacciones inmunes a infecciones comunes. Utilizando una técnica llamada PhIP-Seq, que detecta autoanticuerpos contra más de 10.000 proteínas humanas, los investigadores pudieron revelar este fenómeno.
El equipo analizó muestras de sangre de 250 pacientes con esclerosis múltiple tomadas años antes del diagnóstico, encontrando que el 10% de ellos mostraba una abundancia de autoanticuerpos. Este patrón también se confirmó en muestras de otros pacientes de un estudio previo de la UCSF.
El profesor Stephen Hauser, también de la UCSF y coautor del estudio, destaca que un diagnóstico precoz podría mejorar las perspectivas de tratamiento, incluso apuntando hacia la posibilidad de una cura en el futuro.