La jardinería, ya sea como ocupación o como pasatiempo, implica el cultivo y cuidado de un jardín con diversos propósitos, como la producción de alimentos, la mejora estética del entorno o simplemente por placer.
Numerosos estudios respaldan los beneficios para la salud mental asociados con la práctica de la jardinería, que van desde la reducción del estrés hasta el control de trastornos y enfermedades mentales. Incluso, se ha reconocido su efectividad como terapia creativa.
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Esto se debe en parte al hecho de que las plantas, al ser seres vivos, requieren cuidados regulares, atención y dedicación. Por ejemplo, una planta de interior necesita nutrientes para prosperar, los cuales son proporcionados a través del abono.
Aunque muchos desconocen este hecho, existen abonos orgánicos que pueden obtenerse a partir de elementos comunes en la mayoría de los hogares, como el café.
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Según el portal ‘Cafés el criollo’, los posos de café, es decir, los restos que quedan en la cafetera después de preparar una taza de café, pueden ofrecer numerosos beneficios para las plantas.
Para utilizar los posos de café como abono, pueden ser mezclados con compost o directamente aplicados al suelo. Estos posos son ricos en nitrógeno, un elemento vital para el crecimiento y la floración de las plantas. Además, contienen otros nutrientes esenciales como fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre.
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Cuando se combinan con compost, los posos de café se convierten en un fertilizante de liberación lenta, proporcionando nutrientes a las plantas durante un período prolongado de hasta seis meses a medida que se descomponen en el suelo de la maceta.
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Para aquellos que prefieren no aplicar los posos directamente al suelo, también pueden utilizarlos para hacer un abono líquido. Basta con remojarlos en agua durante una o dos semanas, filtrar la mezcla y luego regar las plantas con el líquido resultante.
