Hace más de cuatro décadas, la humanidad lanzó al espacio dos sondas pioneras con el fin de contribuir a la investigación cósmica. Estas naves, conocidas como Voyager 1 y Voyager 2, partieron de la Tierra en 1977 bajo la dirección de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), y desde entonces han viajado a través de vastas distancias, capturando imágenes fascinantes de nuestro universo.
TE RECOMENDAMOS: ¡Adiós a los mensajes de voz! WhatsApp tendrá una función que encantará a los que las odian
Junto con estas sondas, se envió un disco fonográfico dorado titulado ‘The Sounds of Earth‘ (‘Sonidos de la Tierra‘), diseñado para transmitir un mensaje universal sobre la diversidad de sonidos que caracterizan nuestro planeta. Este disco contiene una amplia variedad de sonidos, desde saludos en 55 idiomas diferentes hasta el rugido de olas y truenos, que representan tanto la voz humana como los fenómenos naturales de la Tierra.
Uno de los tesoros sonoros incluidos en este disco es un huapango mexicano titulado ‘El Cascabel’, interpretado por el renombrado Mariachi Vargas de Tecalitlán. Esta elección musical busca destacar la riqueza cultural de México y compartir con posibles formas de vida inteligente en otros rincones del cosmos una muestra de la música y la identidad del pueblo mexicano.
TE RECOMENDAMOS: Virus del papiloma humano: la infección de transmisión sexual más frecuente, ¿cómo prevenirla?
A pesar del paso del tiempo, la sonda Voyager 2 continúa su viaje hacia lo desconocido, habiendo explorado incluso más allá de los planetas gigantes Urano y Neptuno. Con la esperanza de que su combustible perdure lo suficiente, la humanidad aguarda ansiosamente los descubrimientos que aún pueden esperar en el vasto y misterioso espacio.