A cuatro años de la aparición inicial del covid-19, una nueva cepa del virus está captando la atención médica, especialmente debido a un aumento en los casos reportados desde Estados Unidos. Esta variante, denominada FLiRT, presenta síntomas que pueden parecer familiares a los de una reacción alérgica y tienden a persistir por al menos dos semanas.
En mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la emergencia de salud pública internacional relacionada con el covid-19, aunque advirtió que la enfermedad seguía representando una amenaza para la salud.
FLiRT es un acrónimo que representa algunas de las mutaciones en la proteína de espiga de las variantes, según la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América. Las variantes FLiRT, pertenecientes a la familia ómicron, parecen ser altamente contagiosas, según informa AARP.
Hasta hace poco, la cepa ómicron JN.1 era predominante en los casos de covid-19 en Estados Unidos, pero ahora, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la variante KP.2 está ganando terreno, representando casi una cuarta parte de todos los nuevos casos.
Durante el período del 14 al 27 de abril de 2024, FLiRT representó el 24,9% de los casos en Estados Unidos, convirtiéndose así en la cepa dominante, informa ConSalud.
Los síntomas de la variante FLiRT son similares a los de otras variantes ómicron, como la JN.1. Estos pueden incluir fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, pérdida del gusto u olfato, tos, dificultad para respirar, congestión nasal, náuseas, vómitos, dolor de garganta, diarrea y dolores musculares.
