Un hombre residente de Colorado, Estados Unidos, falleció como resultado de la mordedura de su mascota, un monstruo de Gila llamado “Winston”, según informaron diversos medios internacionales.
El trágico suceso ocurrió el 16 de febrero, apenas cuatro días después de que el hombre fuera mordido por el reptil. Según los informes de prensa, se sospecha que la muerte se debió a la sensibilidad del hombre a la saliva tóxica del lagarto.
De acuerdo con CBS News, las autoridades de control animal de Lakewood recibieron una llamada el 12 de febrero, poco antes de la medianoche, de una mujer que informaba que su novio había sido mordido por uno de sus dos monstruos de Gila y estaba experimentando una reacción.
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La mujer relató que el reptil había mordido a su novio en la mano, y “él inmediatamente comenzó a presentar síntomas, vomitó varias veces y finalmente se desmayó y dejó de respirar“. A pesar de los esfuerzos médicos, el hombre falleció cuatro días después.
La oficina forense del condado de Jefferson informó que se había llevado a cabo una autopsia, pero la causa exacta de la muerte no se determinaría hasta que se completaran las pruebas toxicológicas.
Investigación sobre la mordedura y el veneno de “Winston”
Tras el incidente, “Winston” fue trasladado a una instalación de reptiles en Dakota del Sur. Sin embargo, el jueves siguiente fue llevado al laboratorio de Greeley para extraer y estudiar su veneno.
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Stephen Mackessy, profesor de biología en la Universidad del Norte de Colorado, quien está a cargo del estudio, mencionó a CBS News que este caso representa una consecuencia muy inusual de la mordedura de un monstruo de Gila.
“Veremos si el veneno tiene algo diferente del veneno típico del monstruo de Gila que pueda explicar algunos de los efectos y por qué este hombre tuvo un compromiso tan severo de sus funciones vitales con tanta rapidez“, expresó Mackessy.
Este incidente es el segundo en el último siglo en el que alguien fallece como resultado del veneno de un monstruo de Gila. La última muerte registrada por este motivo fue en 1930. Mackessy enfatizó que este caso no debe utilizarse para difamar ni perseguir a estos reptiles raros, como los monstruos de Gila o las serpientes de cascabel.