La aspirina, conocida también como ácido acetilsalicílico, es ampliamente utilizada como analgésico para aliviar dolores como el de cabeza, muscular y para reducir la fiebre. Sin embargo, más allá de sus beneficios evidentes, ha surgido la creencia popular de tomar una aspirina diaria para prevenir un ataque cardíaco, consejo que puede tener respaldo científico pero también riesgos para la salud si se hace sin asesoramiento médico.
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Esta “terapia” suele ser recomendada por médicos especialistas únicamente para personas que han sufrido previamente un evento cardiovascular, como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Estudios respaldan su eficacia en la prevención de recurrencias de estos eventos. Sin embargo, para personas sin antecedentes de problemas cardíacos, tomar aspirina diaria puede acarrear graves efectos secundarios, principalmente relacionados con el riesgo de hemorragias.
El ácido acetilsalicílico adelgaza la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de hemorragias, incluidos los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos y el sangrado gastrointestinal. Además, puede desencadenar reacciones alérgicas en personas con sensibilidad a la aspirina.
Estudios recientes han puesto en duda los beneficios de tomar aspirina diaria como tratamiento preventivo. Por ejemplo, un estudio de la Queen Mary University de Londres señala un aumento del riesgo de sangrado en personas mayores de 60 años que siguieron esta terapia durante diez años.
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En la actualidad, los médicos deben evaluar cuidadosamente los riesgos y beneficios de prescribir aspirina como tratamiento preventivo, considerando la salud y el historial médico de cada paciente. Se desaconseja encarecidamente implementar este tratamiento por cuenta propia debido a los efectos secundarios severos asociados.
En resumen, si bien la aspirina puede ser beneficiosa en ciertos casos bajo supervisión médica, su uso como medida preventiva requiere una evaluación individualizada y no debe tomarse sin consulta médica previa.
