El consumo regular de semillas ofrece una serie de beneficios para la salud, siendo algunas de las variedades más populares las de lino, calabaza, girasol, chía, sésamo y cáñamo. Según la dietista Kate Patton, de la Clínica Cleveland, estas semillas son una valiosa fuente de grasas, fibra y minerales de origen vegetal.
Aunque estas semillas aportan efectos positivos, los expertos advierten que una dieta basada exclusivamente en ellas podría ocasionar trastornos digestivos y limitar la absorción adecuada de nutrientes esenciales. Por lo tanto, no se consideran sustitutos de una alimentación balanceada, que debe incluir frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, proteínas, grasas saludables y agua.
La Universidad de Harvard destaca que las semillas son ricas en grasas saludables, fibra y ácidos grasos omega-3, además de contener antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres y proteger las células del daño.
Según el médico Howard LeWine, del Hospital de Boston y editor de la revista de salud de Harvard, consumir semillas de chía aporta dos gramos de proteína, cuatro de fibra y 78 miligramos de calcio. No obstante, es importante moderar su consumo, manteniéndose dentro de una porción diaria recomendada de una o dos onzas, ya que un exceso puede tener efectos secundarios adversos, a pesar de que una ingesta regular puede contribuir a la pérdida de peso.
Además, es crucial almacenarlas en un lugar fresco para prolongar su duración. Las semillas de chía pueden incorporarse fácilmente a la dieta al combinarlas con cereales, yogur, avena, ensaladas y bebidas.
En cuanto a sus beneficios, estas semillas poseen propiedades antiinflamatorias, antitrombóticas y vasodilatadoras, lo que las hace beneficiosas para la salud cardiovascular y para reducir el colesterol en la sangre. Son una excelente fuente de fibra, proteínas, minerales y vitaminas B, así como de hierro, magnesio, potasio y calcio.
Sin embargo, se deben tener precauciones al consumirlas, ya que pueden irritar a personas con diverticulitis debido a su alto contenido de fibra, y pueden causar asfixia si no se ingieren con suficiente líquido. Es esencial consultar con un especialista antes de introducir un nuevo alimento en la dieta, ya que los efectos pueden variar según cada individuo.
