El garbanzo, conocido científicamente como Cicer arietinum, es una legumbre de gran valor tanto en la cocina como en la nutrición. Su origen se remonta a Turquía, desde donde se extendió globalmente, incluyendo México, donde su cultivo se ha vuelto esencial en estados como Sinaloa, Sonora y Baja California Sur.
Propiedades nutricionales y beneficios para la salud
Los garbanzos son ricos en fibra, potasio, vitamina C, y vitaminas del grupo B, como la tiamina (B1), riboflavina, niacina y ácido fólico, fundamentales para el sistema nervioso y la desintoxicación hepática.
Para las personas con diabetes, los garbanzos son especialmente beneficiosos al regular los niveles de azúcar en la sangre. Se recomienda un consumo diario de 20 a 25 gramos para las mujeres y 30 a 38 gramos para los hombres.
Aunque los garbanzos son una buena fuente de proteínas, carecen del aminoácido metionina, por lo que es necesario combinarlos con cereales como maíz, arroz, trigo o amaranto para obtener proteínas completas.
El almidón de los garbanzos se digiere lentamente, proporcionando una sensación de saciedad prolongada, lo que contrasta con alimentos de rápida digestión. Este almidón, junto con la fibra, también ayuda a reducir el colesterol y mejora la salud intestinal.
Además, los garbanzos contienen isoflavonas, compuestos que reducen el colesterol LDL, protegiendo contra enfermedades cardiovasculares al prevenir la obstrucción de las arterias.